miércoles, 19 de octubre de 2011

Personas que enriquecieron su tierra


Dr. Regino Segundo Racedo

Ayer, hoy y siempre será propicio para exaltar la personalidad de este gran hombre, que otravez de su cincuentenario ejercicio de una apasionada vida, de existencia casi octogenaria, vivió siempre preocupado por la realidad social.
el juramento hipocrático. primó siempre, en el interés del paciente, discreción que se conoce como secreto profesional, regla jurada solemnemente para toda la vida.
A nuestro querido e inolvidable doctor Regino, que transito su mundo acompañado por su esposa Nélida con la entereza necesaria para procrear hijos: Nito dueño de un segmento de este sencillo homenaje se destaca por un impecable cirujano, que tras un accidente fatal, quedo en la nada.
El doctor Regino Racedo doctor en CUERPO y ALMA con su voz grave pero al mismo tiempo suave infundía confianza. este hombre trajo cientos de vidas a este mundo...por eso le damos las gracias a usted por habernos traído a nosotros parte de los pobladores de Monteros











Doña María Luisa Buffo de Ferro, mujer monteriza, madre de familia, profesional, activa dirigente y benefactora. Una mujer que sintió como propias las necesidades y carencias de los sectores populares participando en forma activa en los lugares que le toco desempeñarse, fue Vice-Rectora de la Escuela de Comercio a la que cedió su casa particular para que funcione, propiedad que se encuentra en calle Rivadavia 26 en la que una parte de la escuela funcionó hasta que se transladan al edificio propio, tambien formó parte de la Comisión de la Subfilial del Patronato de Leprosos en Monteros (1939) y de la Cooperadora del Hospital.Dicen los que la conocieron que la Sra. María Luisa tenía un fuerte carácter que ponía en práctica desde su función de docente, recta, incorruptible y severa en su función directiva; piadosa y solidaria en su función social; fiel compañera de quien fuera su esposo don Román Ferro.En relatos vertidos por Don Efraín Villaroel.... Los comienzos de la escuela fueron muy duro, él recuerda cuando la Sra. María Luisa Buffo de Ferro gestionaba ante los Diputados Nacionales: Juan Simón Padrós y Ernesto Padilla todo lo referente a la escuela. La Sra Buffo de Ferro preparaba encomiendas con sabrosos tamales que les mandaba vía ferrocarril hasta Buenos Aires en agradecimiento por las gestiones. Cuenta don Efraín que él mismo pasaba a máquina las listas de inscriptos (con algunas gentes conocidas de ella) en aquellos años que soplaban vientos de cierre, ya que no había "confianza", creían que de la Escuela de Comercio saldrían algo así como "dependientes de almacén". Cuenta tambien que la casa de Rivadavia al 260 era de Doña María Luisa Buffo de Ferro, ella cedió la casa para la escuela, una enorme propiedad que tenía 70 metros de fondo y quería adquirir para ampliar la escuela, otro terreno colindante que pertenecía a un señor de apellido Delforno. Del Libro Aniversario de la Escuela de Comercio.Ella decía... "la escuela supo imprimir en mi alma sanos anhelos de perfección, fé en el esfuerzo y deseos de llegar a la verdad... abracé con cariño el apostolado del magisterio... bendigo a la Providencia el ponerme en los senderos de tan noble lucha en la que me esfuerzo por mantener una rectitud de acción sin sentir útil a la sociedad en el sentido práctico e ideológico sin pensar en la propia conveniencia"... del libro "Recuerdos" año 1932. Publicación de ex alumnos Esc. Normal.En el año 1940 es demolido el antiguo templo de nuestra ciudad, clausurado por las autoridades, por haberse encontrado grietas que hacían peligrar su estructura, la Sra. María Buffo de Ferro encabezó como presidenta la Comisión pro-templo y ofreció una propiedad en calle Rivadavia segunda cuadra, para el funcionamiento de la Parroquia mientras duró su reconstrucción.Falleció en el año 1948, dejando en sus disposiciones testamentarias la donación de su biblioteca personal para la fundación de una biblioteca que desde el año 1949 lleva su nombre. en la actualidad niños, jóvenes y adultos tienen un espacio cotidiano para saciar sus dudas e inquietudes y disfrutar de la lectura. Aqui comprometemos diariamente nuestro esfuerzo para que éste sea un espacio de todos, porque creemos que, en esa modesta actitud, está el secreto para hacer de nuestra ciudad un lugar que merezca ser vivido.



Tulio Santiago Ottonello

Nació en Monteros en 1938 y allí vive. Desde 1960 investiga sobre la historia, en especial de la ciudad natal. Fruto de sus investigaciones, es apuntes para historia de Monteros, su primer libro, publicado en 1971; reeditado en 1973 y declarado de interés municipal.

Nuevas investigaciones se sumaron al trabajo inicial, y de allí nació su segundo libro, breve historia de monteros, publicado en 1982. Previamente este trabajo haya obtenido el primer premio de historia de los pueblos, organizado por la dirección provincial de cultura, en 1979.
Fruto de sus últimas búsquedas es el libro, nueva historia de Monteros.


Regino Ricardo Racedo “Nito”
El medico joven que se fue a la gélida profundidad de la tierra, abandonado en este mundo para quedarse en el tiempo. ¡Tanta confianza!, me seco los ojos y continuo sin saber donde llegare; en mis oídos resuenan esas palabras de nuestra ultima conversación una hora antes de su partida… ¡cuanta alegría! ¡Cuanta obligación por cumplirle a sus seres queridos! ¡Cuanta prisa, sin imaginar que a mitad del camino le esperaba la muerte!
Y llego la infausta noticia y con ellas las preguntas ¿Por qué? ¿Por qué?... pero… no había respuestas, todo era llanto y clamor a Dios por su salvación, pero todo fue en vano. Pese a su fortaleza no pudo reponerse a las heridas que recorrían su cuerpo y por entre los dedos se le escapo la vida, el 02 de agosto de 1999.
Nito, el “gordo”, el “panzón” dejo de pertenecernos, las manos aflojaron ¡Cuánto llanto! ¡Cuantas Lagrimas!  ¡Cuantos corazones destrozados! ¡Cuánto dolor de padres, de hermanos, de familias enteras, compañeros y amigos!
Querido Nito, gracias por haberme regalado tu buen trato y consideración,
Por ahora… te digo chau, pero antes préstame tu pucho para calmar mi angustia…


Escrita por Nestor Alvarez


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